
La crostata es un dulce italiano exquisito y bastante fácil de hacer en casa. Se trata de una de las elaboraciones más populares de la repostería casera italiana y que, como todos los dulces típicos de este país, enamora a todo el que la prueba. Esta tarta italiana es tan popular que, aunque no se conoce con exactitud su procedencia, tiene incluso su propio día nacional —la Giornata Nazionale della Crostata— que se celebra el 9 de septiembre.
La crostata se elabora con pasta frolla —una masa dulce parecida a la masa quebrada, aunque más quebradiza, ya que se prepara con otras proporciones — que habitualmente se rellena con mermelada de albaricoque, aunque hoy en día, también son muy populares otros rellenos como el de crema pastelera, ricotta o chocolate.
Para preparar la base de pasta frolla solo necesitamos harina, huevo, mantequilla, azúcar y ralladura de limón para aromatizar. Nos podemos ayudar de una trituradora sencilla para conseguir una masa homogénea o también podemos mezclar los ingredientes con las manos, según preferencias. Esta masa se puede preparar el día anterior, para adelantar faena. En este caso, la reservaremos en la nevera hasta 10 minutos antes de empezar a trabajar con ella.
La crostata se decora con tiras de la misma masa utilizada para la base, formando un vistoso enrejado. Podemos superponer las tiras, aunque la manera más fácil de colocarlas es poner primero todas las que van hacia un lado y encima las que van hacia el otro lado, tal como hemos hecho nosotros. El efecto visual es el mismo y no afecta al sabor. Si nos sobra algo de masa, la podemos congelar para hacer pequeñas tartaletas en otro momento.
Una vez preparada, debemos conservar la crostata en la nevera donde puede aguantar bien un par de días, aunque si la queremos conservar durante más tiempo, lo ideal es congelarla en porciones para degustarla en otro momento, no más de un mes tras haberla horneado. En Italia, es habitual degustar la crostata para desayunar acompañada, por ejemplo, de un capuchino, aunque también resulta estupenda como merienda o postre casero.

Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 30 minutos
- Tiempo total: 45 minutos (más tiempo de enfriado)
- Raciones: 12
- Categoría: repostería
- Tipo de cocina: italiana
- Calorías por ración (kcal): 435
Ingredientes de la crostata
- 400 g de harina de trigo
- 1 pizca de sal
- 150 g de azúcar
- 200 g de mantequilla fría
- 1 cucharadita de ralladura de limón
- 1 huevo M
- 1 yema de huevo M
- 500 g de mermelada de albaricoque
- 2 cucharadas de azúcar glas (opcional)

Utensilios necesarios
- Molde desmontable de 24 cm de diámetro
Cómo hacer la crostata
Disponemos en el vaso triturador 400 g de harina de trigo, 1 pizca de sal, 150 g de azúcar, 200 g de mantequilla fría cortada a dados y 1 cucharadita de ralladura de limón. Trituramos estos ingredientes hasta obtener una mezcla harinosa.

Añadimos a la mezcla 1 huevo M y 1 yema de huevo M, y volvemos a triturar hasta obtener una masa homogénea. Formamos una bola plana con la masa —para que se enfríe antes—, la envolvemos en film transparente y la reservamos en la nevera durante 30 minutos.

Separamos dos terceras partes de la masa y la estiramos con un rodillo entre una hoja de papel de horno y film transparente hasta obtener un círculo un poco mayor que el molde a utilizar y de un grosor de unos 3 mm. Reservamos la masa estirada en la nevera ya que este tipo de masas con mantequilla se reblandecen con facilidad.

Forramos la base del molde con papel de horno y la cubrimos con el círculo de masa. Si se rompe, pegamos la parte rota con masa, como si fuera plastilina. Esto no tiene ninguna importancia ya que tras el horneado no se notará. Dejamos enfriar de nuevo la masa colocada en el molde en la nevera durante 30 minutos.

Mientras, estiramos el resto de la masa y la cortamos en tiras de 2 cm de grosor. Reservamos también las tiras de masa en la nevera.

Rellenamos la tarta con 500 g de mermelada de albaricoque y sobre esta extendemos las tiras de masa según mostramos en la siguiente imagen: primero colocamos la mitad de las tiras de un extremo a otro de la tarta, de forma paralela y dejando un espacio entre ellas del mismo grosor que las tiras (en nuestro caso, 2 cm). A continuación, colocamos el resto de las tiras sobre las primeras, formando un ángulo de unos 70 º (a ojo). Cortamos el exceso de masa de los bordes.

Dejamos enfriar la crostata durante 30 minutos en la nevera o en el congelador durante 10 minutos. Mientras, precalentamos el horno a 180 °C. Pasado el tiempo de enfriado, horneamos la crostata durante 30 minutos hasta que esté dorada.

Dejamos enfriar completamente la crostata antes de, opcionalmente, servir espolvoreada con 2 cucharadas de azúcar glas.

Resumen fácil de preparación
- Mezclamos la harina con la sal, el azúcar, la mantequilla y la ralladura de limón. Nos podemos ayudar de una trituradora para facilitar esta tarea
- Añadimos el huevo y la yema, los integramos en la masa y la dejamos enfriar
- Estiramos una parte de la masa —o pasta frolla— para formar la base
- Forramos el molde con esta masa y lo dejamos reposar en la nevera
- Estiramos el resto de la masa y la cortamos en tiras para formar el enrejado superior
- Rellenamos la crostata con la mermelada de albaricoque y la decoramos formando un enrejado con las tiras
- Dejamos enfriar la crostata mientras precalentamos el horno y la horneamos a 180 ºC durante 30 minutos
- Servimos la crostata fría espolvoreada, opcionalmente, con azúcar glas
















